Prologo del Camino Olvidado

Presentamos esta guía con la esperanza de que sirva para la recuperación de unos históricos caminos de peregrinación construidos por los romanos …
o por lo menos reparados por ellos, por los que pasaron sus legiones y mercaderías, los sarracenos cuando efectuaban las raccias, gentes de diferentes pueblos en las repoblaciones, los ejércitos cristianos en sus luchas internas y de reconquista y los peregrinos autóctonos y extranjeros, que alejándose de los moros y siguiendo las Viejas Calzadas.
Entraban de Francia a Guipúzcoa, de Guipúzcoa a Vizcaya y de allí por las tierras que llaman de montaña, se dirigían a visitar el Lignun Crucis en Liébana, El Salvador en Oviedo y Santiago en Compostela.

Por estas calzadas también viajó en el año 1120 el enviado apostólico Hugo, que llevaba a Compostela las bulas originales de la traslación y el cargo de delegado apostólico que el papa Calixto II confiaba a Gelmirez. Le acompañó en este viaje el cardenal Bosón como legado pontificio.

Otro ilustre viajero fue el varón León de Rosmithal de Blatna que pasó por estos lares entre los años 1465-1466, quedando escrito que tuvo problemas al llegar a Valmaseda.

Durante muchos años todo el recorrido discurrió por tierras pertenecientes a las Asturias, cuyo rey Alfonso II el Casto fue uno de los promotores del descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago.

Es de suponer que el mismo rey Alfonso haría este recorrido en diferentes ocasiones por ser el más recto y el único libre de invasores estables, porque su padre Fruela también lo recorrió cuando luchó contra los Vascones en las tierras de Ayala y Encartaciones y además junto a otros jóvenes se llevó como rehén a Munia, su madre, que fue Vascona y precisamente en la tierra de su madre le escondieron de niño cuando mataron a Fruela, su padre, y ya siendo rey, al tener problemas con su tío Mauregato.

Este recorrido discurría por la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica siguiendo las viejas Calzadas Romanas remozadas en tiempos posteriores y todavía visibles en algunos tramos, por los que según Lucio Flavio Destro, también caminó el Apóstol Santiago, ya que escribió que predicó en Juliobriga, ilustre ciudad romana situada en tierras de Cantabria.

También en Guipúzcoa quedó otra leyenda sobre la que escribieron diversos historiadores entre los que cabe citar a Francisco Diago, Antonio de Cianca, Cristóbal de Mesa, Luis López, Antonio Navarro de Larreátegui, Mauro Castellaferrer, Serapio Mújica, Lope Martínez de Isasti, etc. O sea, una leyenda bien reseñada.

La historia es la siguiente:

Existe un monte llamado Santiago, Santiagomendi en euskera, está situado en Astigarraga. Incrustados en sus piedras existen unos fósiles llamados Belemites y Aequivolvis con forma de vieiras y de bordones. La Leyenda dice que fue un milagro por haber predicado Santiago en aquellas tierras, asegurando los antiguos lugareños que en las piedras también estaban marcadas las huellas de su caballo.

Todavía hay más, en el año 1683 se encontró una piedra con forma de calavera humana, la cual estuvo durante siglos en la ermita de Santiago, allí existente por creer que pertenecía al Apóstol. También estuvo en esta ermita desde el siglo XIII una talla en alabastro, de Santiago peregrino, la cual se encuentra actualmente en el museo diocesano de San Sebastián.

Otras leyendas en esta vía se refieren a la ayuda que Santiago prestó a los cristianos en las batallas de Camposagrado y Campo Martín Moro y que por consiguiente fueron ganadas.

Otro dato histórico poco conocido ocurrió en Quintana de Fuseros (León). Sobre un castro cántabro los peregrinos colocaron una gran cruz y sobre ella iban echando piedras, consiguiendo hacer un gran montón. Cuando el moro Almanzor conquistó Compostela, en su recorrido fue dejando arrasado todo símbolo cristiano y por consiguiente la cruz, llamándose desde entonces “La Cercenada”, siendo la Cruz del Ferro una replica de esta.

Los peregrinos entrando por Irún, Fuenterrabia

o por los diversos puertos seguían lo que ahora son las provincias de Vizcaya, Burgos, Cantabria, Palencia y León donde más tarde en el tiempo se le unió en Villafranca del Bierzo el Camino Francés, llamado así en honor al origen de la Orden de Cluny que con la fundación de monasterios y hospitales, la invención de diversos milagros y la publicación de una guía sobre el nuevo camino consiguieron afianzar el desvío del Viejo Camino iniciado por el rey Sancho Garcés III de Pamplona, que lo desvió por Alava y más tarde Sancho Ramírez V de Pamplona y I de Aragón y Alfonso VI de Castilla y León, que lo llevaron por sus tierras haciéndolo pasar por Puente la Reina, Nájera y Burgos.

Gran importancia debió de tener el Valle de Mena para los primeros peregrinos, ya que llegó a contar con dieciséis monasterios para atenderles, siendo los más famosos San Emeterio y San Celedonio de Taranco y Stª. Mª de Tudela, quedando testimonio escrito en los Cartularios de Valpuesta y San Millán de la Cogolla, desde el siglo IX, haciendo referencia a su acomodo y avituallamiento en estos establecimientos.

Más adelante en la zona de Las Merindades también existieron aposentos monacales, destacando San Ginés en Loma de Montija, donde con la colaboración de los vecinos daban a los peregrinos un potage de verduras con carne al que llamaban caldereta, conociéndose a Loma como El Pueblo del Caldero, quedándose sus habitantes con el apodo de Calderones, habiendo sido trasmitido  a través de los años de generación en generación.

Todos estos monasterios o casas de acogida fueron perdiendo importancia a la vez que aumentaba la del Camino Francés, no quedando actualmente mas que los viejos escritos y sus nombres en las fincas que ocuparon.

También se construyeron a la vera de estas calzadas cientos de iglesias y ermitas, muchas actualmente desaparecidas por docenas. En estos edificios, algunos de singular belleza y siempre de Estilo Románico, quedaron esculpidos en sus piedras además de una rica iconografía, la traslación de Santiago, conchas, peregrinos, cuentos y leyendas representados con tanta claridad y abundancia que no existen en otras rutas de Santiago tantos símbolos jacobeos. Entre los edificios que los contienen podemos citar San Lorenzo de Vallejo, Sta. Mª de Siones, San Pedro de Tejada, San Martín de Elines, San Pedro de Cervatos y otros.

También quedaron en boca de los lugareños, topónimos y nombres que se repiten a lo largo de otros caminos: la Fuente del Romero, la Puerta del Perdón, la Fuente de los Peregrinos, el Hospital, calle Santiago, la Puerta de los Peregrinos, el Puente del Romero, etc.

Asimismo quedaron en sus iglesias y ermitas advocaciones tan jacobeas como San Martín de Tours (patrón de los peregrinos), Nuestra Señora de la Guía, San Roque, La Magdalena, San Severino y cómo no docenas dedicadas a Santiago representado unas veces de peregrino y otras como Matamoros.

No pretende esta guía suplir ni hacer de menos ninguno de los trazados ya existentes, simplemente tratar de que este histórico Camino Olvidado, el primero por el que llegaron peregrinos de Francia recupere el viejo protagonismo que antaño tuvo y que en la nueva etapa de las peregrinaciones sea tenido en cuenta.

En nuestro viaje de peregrinación haremos un recorrido por lo que queda de las Viejas Calzadas y sus puentes, veremos restos de eremitorios rupestres, castillos, torres, hospitales, iglesias, ermitas, monasterios y hasta viejos tumulos, necrópolis, dólmenes y menhires, bellos parajes y arte sobre todo Románico.

La información que te ofrecemos sobre este Viejo Camino, ha sido minuciosamente recopilada, intentando recuperar dentro de lo posible aquellas Calzadas que siguieron devotamente los primeros peregrinos, cuyo espíritu de peregrinación tan perdido actualmente tratamos de recuperar siguiendo La Ruta de La Montaña, para lo cual hemos incluido las advocaciones y características de los templos actuales y desaparecidos que estén o existieron en el recorrido.

De los lugares y monumentos de interés puedes obtener mas información pinchando en los Tracks correspondientes.

También te facilitamos datos sobre algunos establecimientos para avituallamiento y descanso.

Este Camino Olvidado no es precisamente de rosas, pero merece la pena peregrinar por él, por la historia y belleza que guarda.

Todo el recorrido desde, Bilbao hasta Villafranca del Bierzo esta marcado con la flecha amarilla. Disfrútalo peregrino, buen camino y que Santiago te guíe.

Aldolfo Diego de Miguel

Agrupación de Amigos del Camino de La Montaña

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