Un río como frontera y camino Amigos de Santiago el Real visitan Alcanadre y Aradón, símbolo de la encrucijada histórica riojana

Otra leyenda más -el Camino de Santiago está repleto de ellas- cuenta la improbable pero interesante aventura del Papa Inocencio III en tierras de Alcanadre a principios del siglo XIII. Según ésta, fue atacado por los moros cuando navegaba por el Ebro entre Mendavia y Lodosa y tuvo que refugiarse en la fortaleza de Aradón, perteneciente al Temple, que a pesar de hallarse en construcción presentaba una magnífica fábrica de piedra de sillería, con sus muros y torres.
Los caballeros templarios, en minoría pero convertidos en máquinas de guerra, plantaron batalla durante dos días e infligieron una humillante derrota a las tropas de Yussuf, dejando muerte y destrucción en una planicie cercana. Al ver el terrible espectáculo, Inocencio III exclamó: «¡Matanza, matanza! ¡Andad y reconoced la tierra roja de la matanza!» Ese término se conoce todavía hoy como Campos de Matanza. En Aradón, por su parte, se conserva una ermita junto a los cortados sobre el río.
La Asociación de Amigos de Santiago el Real de Logroño visita este sábado estos parajes: su séptima excursión del Año Jacobeo será la tercera etapa del Camino del Ebro, ruta menos conocida que el Camino Francés que ellos están reivindicando por su innegable valor patrimonial. Así, caminarán esta vez entre Murillo de Calahorra y San Martín de Berberana, con restos de una mansión romana. Transitarán por el Camino Natural del Ebro (GR-99) y la antigua calzada romana, junto al río y el canal de Lodosa y visitarán Alcanadre.
Los paisajes, mezcla de sotos ribereños y feraces cultivos tanto de secano como de regadío, encuentran aquí la peculiaridad de los cortados sobre el Ebro, que, precisamente en Aradón, forman un gran farallón de estratos de yesos, impresionante por su colorido y verticalidad.
En lo artístico, es Alcanadre el principal hito de la jornada, con el atractivo de su iglesia de Santa María, uno de los templos barrocos más antiguos de La Rioja, que alberga, entre otras piezas de interés, un retablo rococó de 1759 obra de Diego de Camporredondo y la imagen románica (de finales del XII) de la Virgen de Aradón.
A siete kilómetros, en el término de La Mesa, se encuentra la ermita de la que procede la figura de la patrona de la localidad. Su antigua abadía, hecha con piezas de mampostería, situada al lado del pequeño templo, fue arrasada por el desbordamiento de una laguna entre Alcanadre y Ausejo, creando así un profundo barranco. No se sabe a ciencia cierta cuándo ni por qué desapareció Aradón, pero sí hay constancia de su pasado templario: la orden de caballería eligió este lugar para fundar su primera casa de encomienda en el reino de Castilla en el siglo XII.
Después de todo, Alcanadre, con origen vascón, más tarde romano y árabe y finalmente castellano, es un buen símbolo de esta tierra, a un tiempo fronteriza y de paso, que es La Rioja. El río Ebro ha sido aquí a lo largo de la historia y según el momento un elemento estratégico de defensa y comunicación.
Fuente: Larioja.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *