– Antes de abandonar Espinosa, si no lo hicimos ayer, podemos ver varias casas torre, el palacio de Chiloheches, la plaza porticada de Sancho García, la iglesia de Santa Cecilia de estilo renacentista del S. XVI, cuya bóveda es una gran vieira, premonición del paso de peregrinos, el ayuntamiento, tambien con su pórtico y ya en la salida la ermita de San Nicolás y el palacio de los marqueses de Velasco (varios de sus componentes fueron de la Orden de Santiago). El edificio tiene adosada una capilla dedicada al apóstol peregrino, cuya estatua se encuentra en una hornacina en la fachada principal. Siguiendo por el lateral derecho del palacio llegamos al río Trueba, de aguas cristalinas que en verano sirven para darse un baño en la piscina natural que vemos antes de llegar a un puente moderno, el cual tenemos que cruzar para subir por unas escaleras de construcción rústica. Llegados a un cercado con cierre de madera a nuestra izquierda, se encuentra el castillo de los Velasco, una imponente torre del siglo XIV en estado de ruina, aunque las paredes y almenas no lo parecen.En esta zona existen otras señales de senderismo, además de nuestra flecha amarilla ,estad atentos ya que conducen a destinos diferentes.
– Una pequeña bajada en dirección a la vía y después a la derecha siguiendo por camino empedrado que nos conduce a Para, su patrón es S. Marcial, el siguiente pueblo Redondo, pasando junto a la iglesia de Santiago peregrino, nos adentramos en un bosque de robles sin pérdida posible, pasamos varios arroyos y una barrera, si está cerrada la dejaremos así. Esta pista por la que pueden ir coches se termina en una casa, nosotros seguiremos el sendero por la parte de abajo. Está empedrado y nos conducirá a Quintanilla del Rebollar, lo primero que vemos al llegar al pueblo es la fuente abrevadero, construcción del siglo XIX, que sería la envidia de muchos pueblos por el agua que desperdicia. Su iglesia está bajo la advocación de San Clemente y en las antiguas escuelas está situado el Centro de Interpretación del Espacio Natural de Ojo Güareña, pasamos a su vera y cruzamos el aparcamiento junto al tronco seco de un gran roble y por una pista nos introducimos en un robledal.
– Aquí tenemos que estar atentos a las flechas ya que el sendero hace muchos zig zag para pasar pequeños arroyos, los cuales se cruzan por pequeños puentes rústicos. Si en algún momento nos hemos despistado o algún arroyo nos ofrece dificultades no tenemos mas que bajar hacia la izquierda y atravesando la vía saldremos a la carretera para seguirla hacia la derecha. Pero sigamos por el monte y después de pasar varias vaguadas, cada una con su arroyo, tenemos que cruzar la vía y seguidamente la carretera. Hemos llegado a Quisicedo, pasando junto a un humilladero que dejamos a la derecha, seguiremos por un camino de piedra encachada, cruzando otra vez la carretera y subiendo unas escaleras llegamos a la iglesia de Santiago Apóstol, que es el patrón de este pueblo. Su construcción es de estilo románico. Por una puerta metálica salimos a la plaza del pueblo y si está cerrada tendremos que bajar otra vez las escaleras y subir por el exterior.
– Después de descansar, empezamos el descenso pasando junto a un viejo refugio de montaña. Esta bajada se llama “camino de San Román “. Al lado del refugio vemos las piedras de una gran calzada, la cual va descendiendo con suaves pendientes y curvas muy amplias, hasta de siete metros de ancho. Esta calzada después de varios estudios no existe un clara opinión si procede de la época romana o posterior. Lo cierto es que llega hasta el río donde existen restos de un puente , después sube por la ladera de enfrente, que lleva la dirección de Corconte y aquí precisamente cuando baja el nivel de las aguas del pantano se ven restos de un asentamiento romano, ya que han encontrado restos que eso confirman. A partir de este punto está clara la dirección hacia Juliobriga.
– Pero nos hemos ido un poco lejos nosotros al llegar abajo cerca de la pista forestal. Saldremos a ella continuándola hasta llegar al río Engaña y un área de descanso, ya se ven los restos de lo que fue el malogrado proyecto del ferrocarril Santander Mediterráneo. Pasando junto a restos de casas e incluso de la que fue la capilla escuela de la Engaña, tomaremos la vía verde recientemente acondicionada, siguiendo las antiguas vías. Por aquí, después de pasar junto a una cantera, abandonamos la vía por la derecha al ver un puente tipo medieval de frente, el cual cruzaremos por arriba, entrando al pueblo de Las Rozas, cuya iglesia está abandonada. Vemos a la derecha la ermita de la Ribera, semitapada por los árboles, un poco más adelante cruzaremos el río y la vía para llegar a San Martín de Porres, con iglesia a él dedicada, también posee una casa torre, otra vez de los Velasco, seguiremos por la derecha de las vías para llegar a Pedrosa de Valdeporres, al que entraremos pasando junto a la estación de La Robla, en este pueblo encontraremos todo tipo de servicios.
– Los ciclistas seguirán el mismo recorrido salvo de Quintanilla del Rebollar a Quisicedo y de Entrambosríos a Pedrosa que iremos por la carretera.
Para comer y dormir:
Control de reservas de turismo rural 947 130 140
Casa rural La Serna Pedrosa 947 138 189
Centro de turismo rural La Engaña Pedrosa 947 138 073
Centro de turismo rural Ojo Güareña Vallejo 947 138 770